«Para mí, Coppelia ha sido mucho más que un centro de danza, para mí se ha convertido en una familia. En Coppelia no solo aprendí las bases de la danza, también aprendí valores humanos como la cooperación, la empatía, el respeto y aprendí a sentir la danza, a vivirla. Además, en Coppelia he conocido a una gran cantidad de gente distinta entre las cuales hecho muchas amistades que siguen durando tras años y años. Y aunque esté en el conservatorio y pasen los años, nunca olvidaré que la base de mi vida la aprendí en el estudio de danza Coppelia.»